viernes, 18 de junio de 2010

El Brujo. Nuestro enorme juego de tablero.

Cuando mi hijo era muy pequeño ya nos inventábamos nuestros primeros juegos de tablero. Cogíamos un folio, dibujábamos un recorrido con casillas, le dábamos una ambientación (recuerdo juegos de piratas, de escaladores, de Caperucita Roja, de los Reyes Magos, ...), poníamos unas reglas, cogíamos unos peones y uno o varios dados y ¡voilà!, ya podíamos empezar a jugar.
Enseguida vimos que en un solo papel, pocas cosas caben y comenzamos a hacer tableros más grandes pegando dos o más folios. Hasta que llegó el gran día.
Ese gran día, un día de mucho aburrimiento y de mucho "¿qué podemos hacer, papá?" decidimos construir un juego a lo grande. Juntamos hojas de papel hasta cubrir totalmente la mesa de la cocina (120 cm x 75 cm) y después, con ese inmenso lienzo ante nuestros ojos, decidí(mos) que el juego versaría sobre un viaje épico, al estilo de esa gran obra en que un mediano debe recorrer de cabo a rabo la geografía de la Tierra Media hasta llegar por fin a su objetivo, con la excusa de un anillo de por medio.

Pues nuestra historia iba a ser algo así. Cuatro valientes (un mago, un hada, un caballero y una princesa, es decir, papá, mamá, el niño y la niña) comienzan su aventura en la Ciudad Amurallada, atraviesan un pequeño bosque y pasan por un camino entre las montañas, recorren sigilosamente un sendero entre los dominios del gran Dragón, entran en los túneles bajo la tierra para atravesar la inmensa cordillera, cruzan el Lago, atraviesan el laberíntico y tenebroso Gran Bosque, cruzan los peligrosos pantanos, batallan contra los ejércitos que custodian la entrada del camino que lleva directamente a la Torre del malvado Brujo, recorren ese camino entre una lluvia de bolas de fuego y hechizos de congelación y, finalmente, toman la Torre y derrotan al Brujo en singular combate, liberando al Reino de su tiranía.
Entonces, con esa fantástica historia de trasfondo, dibujamos un recorrido lleno de casillas, establecimos unas reglas que luego fuimos puliendo y obtuvimos el juego de mayor tamaño que jamás habíamos creado. Un juego en que cada jugador adopta el papel de uno de los valientes, comienza con una equipación inicial (armas, hechizos, ...) que irá aumentando durante la partida, toma un peón, lo va moviendo por el tablero siguiendo las instrucciones de las casillas donde cae y trata de ser el primero en llegar a la Torre y derrotar al enemigo.

Bueno, no deja de ser un juego como la Oca (aunque, la verdad es que a la Oca sólo se parece en que se tira un dado y se mueve una ficha), a lo bestia, pero consigue meterte en el papel de aventurero en ese épico viaje (que puede durar una hora o más), mientras intentas que tu personaje avance lo más rápidamente posible y a la vez vaya aumentando su equipación. Nos hemos divertido muchas horas con él.
Lo malo es que poco puedo compartir de este juego. En el archivo encontraréis el librillo con el reglamento y un documento de nueve páginas que no es otra cosa que una fotografía del tablero dividida en pedazos. Lo cierto es que es de mala calidad y no queda un tablero tan grande como el original, pero os puede inspirar para dibujar el vuestro propio.
Esperamos que os guste y ¡feliz aventura!

Enlace para la descarga.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena, que hagas muchos más para divertirnos todos

    ResponderEliminar
  2. El juego parece divertido, pero lo mejor es la historia que hay detrás de él.

    ResponderEliminar
  3. ¡Juejejey! ¡Me chisporrotean los ojos!

    ResponderEliminar